martes, 21 de marzo de 2017



Cuando estaba navegando, en mis tiempos mozos, me acuerdo de mi embarques en buque frigoríficos. Ibamos a países como Angola, o Mozambique. Alli recogíamos el pescado y marisco en cajas que nos entregaban los pesqueros españoles que faenaban en aquellas aguas. Convenientemente estibadas, las cajas en las bodegas del buque, les dábamos frío hasta -32 ºC, para garantizar su perfecta conservación hasta llegar a la península,

Entre carga y carga, sobretodo en aguas de Angola, pasábamos mucho tiempo, trabajando con los pesqueros abarloados a nuestros costados. A veces  simplemente estábamos fondeados y el tiempo pasaba muy despacio.

Para ocupar mi mente en aquellos parones empecé a imaginar cómo eran los barcos de guerra de la marina velica, en concreto aquellos espléndidos navíos de los que España, en su punto álgido, llegó a tener 76 en el reinado de Carlos IV.

Como tenía algunas láminas de ellos, se me ocurrió intentar hacer uno. Con un trozo de madera de un palo de escoba y una gubia empecé a dar forma al casco. Luego poco a poco fuí ideando los cañones ( con pequeños clavitos), las cubiertas, los mástiles y vergas (con palillos de dientes) los cabos con hilos de coser, las velas con un papel blanco, y añadiendo alambritos, de cobre.  Con unos botes de pintura Umbrol y pegamento Loctite fui componiendo el barco hasta terminarlo. Este pequeño proyecto me ilusionó y me mantuvo mentalmente ocupado durante las largas esperas. He aquí el resultado . ( Luego me aficioné y  ya en casa hice otros). 










1 comentario:

  1. Quiéres decir que este barco està hecho con un palo de escoba??? Está muy bien hecho francamente, tiene muchos detalles siendo tan pequeño, por que comparado con el boli que has puesto en la foto se ve que es una miniatura. Habrá sido dificil pero está muy conseguido.

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